miércoles, 11 de junio de 2008

Hay que incordiar para hacerse escuchar (Opinión)

Es curioso como funciona esto de la libertad. Ahora que hemos tenido una semana movidita con la huelga de los camiones y antes de los pesqueros, resuta curioso escuchar los comentarios de la gente. Resulta que como todo en la vida, nos quejamos de aquellos que están armando barullo pero cuando somos nosotros lo que necesitamos que se nos escuche no dudamos en incordiar a quien sea. Y hablando de incordiar, el comentario al respecto de la huelgas que más despertó mi atención fue el que hizo mi cuñado cuando ya habían pasado dos días de huelga de camioneros. Él decía que respetaba el derecho que todos tenemos a participar en un paro generalizado de las actividades con las que nos ganamos la vida, sin embargo, no estaba de acuerdo en que para ello tuviesen que molestar al resto de los ciudadanos trancando las autopistas. Sólo pude responder dos cosas a mi cuñado: en primer lugar, el que tranquen las autopistas no es más que un intento por lograr ser escuchados por el gobierno ya que este sólo le permite aquellas prácticas que son poco percibidas por la población en sí. En cambio, si hacen de su problema el problema de todos (que de hecho lo es porqu el precio de la gasolina nos afecta igualmente), el gobierno no tiene otra salida más que actuar, de lo contrario, podría continuar con unas negociaciones interminables y sin sentido. Por otra parte, no es cierto que el mayor problema del paro de transportista sea el que tranquen las autopistas y que suponen un desabastecimiento en los supermercados e incluso en la gasolineras. Que el ruido no nos vuelva sordo a lo importante. El problema está en los elevados precios de la gasolina que no paran de subir, y que casi el 70% de dicho precio es sólo impuesto que va al Gobierno y que para más colmo, este no puede hacer nada drástico para modificar el porcentaje ya que esa es una de las funciones del Banco Central Europeo. Pero no es sólo eso, sino que el Gobierno parece tener pocas ganas de buscar alternativas al problema.
En cuanto a lo que me dijo mi cuñado, el incordio de la huelga de camioneros no está en que tranquen las autopistas y creen barullo, sino que su huelga supoen el desabatecimiento no sólo de comestibles y gasolina, sino de las principales piezas de industrias como la de los coches. No por nada Seat entre otras se vieron en la obligación de cerrar sus industrias ya que no había camiones para traer las piezas de los coches, ni podían sacar los coches ya construidos. Con una prolongada huelga de transportistas se podría para un país en cuanto al sector secudario se refiere (industria). Es decir, los comioneros son más importantes de lo que nos habíamos imaginado.